El Ministerio de Economía ha optado por no aplicar los nuevos límites propuestos por la Unión Europea para definir a las pequeñas y medianas empresas (pymes). Esto significa que muchos negocios en España podrían quedarse fuera de ciertos beneficios fiscales y ayudas que les habrían ayudado a crecer y competir en igualdad de condiciones en el mercado europeo. ¿Qué impacto tiene realmente esta decisión?
Un cambio que se esperaba, pero que no llega
La Unión Europea había planteado subir los umbrales que definen a una empresa como pyme, lo que habría facilitado a las empresas de tamaño medio seguir recibiendo apoyos específicos y reducir sus cargas administrativas. Sin embargo, Economía ha decidido conservar los límites de 2013, manteniendo así 5 millones de euros en balance y 10 millones de euros en volumen de negocios neto como los máximos para que una empresa sea considerada pequeña. Para muchos, esta es una oportunidad perdida.
¿Qué habríamos ganado con los nuevos umbrales?
La normativa europea permitía elevar estos límites hasta 7,5 millones de euros en balance y 15 millones de euros en volumen de negocios neto para las pequeñas empresas. En lugar de eso, esos negocios que ya están en la frontera tendrán que asumir un mayor peso administrativo y fiscal si superan los límites actuales. En la práctica, esto significa que algunas empresas que podrían crecer o invertir para hacerse más competitivas podrían intentar quedarse en un tamaño reducido para no perder sus beneficios como pyme.
El riesgo de quedarse pequeño para evitar complicaciones
Para muchas empresas, especialmente aquellas de tamaño medio, perder la clasificación de pyme podría traducirse en mayores trámites y costes. Esto podría empujar a algunos a limitar su crecimiento, lo que se conoce como “enanismo empresarial”, es decir, cuando las empresas prefieren no expandirse para evitar cargas adicionales. Además, se abre la puerta a que algunos opten por realizar ciertas actividades fuera del radar fiscal para reducir sus obligaciones, una práctica que sin duda limita el potencial de crecimiento y la generación de empleo.
¿Qué pasa con la unificación de criterios en Europa?
Esta decisión también reabre el debate sobre si debería existir una normativa común para las pymes en toda la Unión Europea. Si bien un enfoque unificado facilitaría el movimiento de empresas entre países, cada economía tiene sus propias particularidades. Como comenta Guillermo Dorronsoro, de Deusto Business School, “la carga burocrática debería adaptarse al tamaño y recursos de cada empresa, para evitar que la normativa imponga barreras al crecimiento”. Encontrar un equilibrio parece ser clave para que las pymes puedan seguir adelante.
Conclusión
La decisión de Economía de mantener los umbrales de 2013 plantea retos importantes para muchas empresas españolas. Si tu negocio está en la frontera de estos límites, puede ser el momento de analizar detenidamente las opciones de crecimiento y asegurarse de que cada paso estratégico esté orientado a maximizar las oportunidades de crecimiento y competitividad.